miércoles, 17 de octubre de 2007

Jospital



querido doctor,
interno, interno, te encontrè dentro de mi.
me recetas el mismo veneno.
el mismo veneno que alguna vez me intoxicó.
En fin, yo mismo destrono mis rimas, yo mismo
me sano y me enfermo. Entrañas, Presiones.
Extrañas presiones. El corazón se acurrucó,
se arrumó en su esquina egoista, entristecido
lamiéndo sus heridas.No hubo medicina que me curara.
Sólo una salida de emergencia.

Querida enfermera:
Tán solo escuchè tu voz, tán solo me inyectaste
alegria mediante el aire que tu voz palpó.
Oh, como anhelo... que sepas cuanto te admiro,
cuanto te quiero a escondidas enfermera,
soy tu paciente, el paciente que a escondidas
te quiere desde la camilla màs comoda del universo.

A lo lejos, te veo y cuando te acercas,

me sanas automaticamente...
mi sangre ha sido
inundad de glóbulos; no sè si blancos, negros, verdes...pero se ve alegre la sangre. Color alegria.
Cuando pienso en ti,Todo en mi se conmueve,
el corazón se agita, el estómago brinca y el cerebro
te recuerda junto a mi.

Què buen trabajo haces Enfermera Bonita!